Palazzo Quirinal (Roma), 6 años más tarde.
Allí estaban después de una dura campaña electoral, el Primer Ministro George Torrini jurando su cargo ante el Presidente de la República Edualdo dell’ Avenita (un tipo recto que si conociera a quien estaba mandando formar gobierno se pegaría un tiro) y su duro contrincante en la campaña electoral y ex Primer Ministro (que tampoco pasaría a la historia…), Jaumetto di Biasi. Había sido duro, pero el plan tramado en aquella gasolinera de mala muerte había contentado a todos hasta el momento…

Ahí estaba, todo el hampa de Nápoles ante el presidente, ante reyes y otros jefes de Estado que asistían a la toma de posesión de aquel pobre desgraciado maltés nacionalizado italiano cuyo único hito en la vida era tener una C-15. Toda esa gente estaba legitimando a un tipo que a partir de aquel momento daría contratos millonarios a il PENEttone y sus lacayos y estos mantendrían limpio no sólo Nápoles si no todo el país. De Bahar iq Qagaq al Quirinal, quien le iba a decir a él…
- Quien nos iba a decir cuando sufriamos por nuestro ojete en Floristano, que íbamos a estar aquí tu y yo…
Torrini volvió a la realidad, a aquella recepción en su honor y se acordó de los ardores que le dejó el Ron Velero de camino a la guarida de Sessé Dubu.
- Ya ves, amici, no teníamos donde caernos muertos y ahora nos saldrá la pasta por las orejas, visto con el tiempo quizás hicimos bien rechazando bailar con la Tetitas
- Nosotros si, pero acuerdate del pobre alcahuete de Gneta, él no ha vivido para contarlo. De todas formas he de reconocer que cuando vi a Sessé por 1ª vez se me metió la almorrana hacía dentro del miedo (Portelli era alcalde, pero todavía no había aprendido las mínimas normas de cortesía)
- Jajajajaja. Quién iba a pensar que este buen hombre había pensado en nosotros para todo este plan. Supongo que nos vió como a 2 tipos inteligentes…
- En el fondo lo somos, aunque pienso en lo que tuvimos que pasar después de firmar aquel papel en la gasolinera y aun me entran escalofríos…
Así es como al Primer Ministro y al Alcalde de Nápoles les cambió la cara rememorando aquella fatídica historia que en la próxima entrada contaremos…
jajajaja que hijo de puta, lavandote las manos no? jaja
ResponderEliminarYa ves jajajaj
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