sábado, 20 de noviembre de 2010

Cuando un miligramo es demasiado

Se entiende por dopaje la promoción o consumo de cualquier método o sustancia prohibida en el deporte que puede ser potencialmente peligrosa para la salud de los deportistas y que es susceptible de mejorar su rendimiento de manera ilícita. Al leer esta frase se me plantean varias preguntas. ¿Quién decide qué es y qué no es peligroso para la salud?¿Quién decide qué mejora el rendimiento de manera licita e ilicita? ¿Por qué si esta frase no matiza en deportes hay un diferente criterio a la hora de tolerar los límites de presencia de sustancias dependiendo de la federación o asociación deportiva de turno?
Desgraciadamente no se puede hablar del dopaje moderno, sin pasar por el ciclismo, posiblemente el deporte cuya imagen ha sido más dañada por este tema. Tras muchos años de barra libre, en 1998, en visperas del inicio del Tour de Francia, se filtró un chivatazo de un agente de Aduanas en el que se decía que se había interceptado un cargamento a nombre del masajista del equipo Festina con más de 200 ampollas de hormona del crecimiento e ingentes cantidades de testosterona. Por aquellas fechas las leyes no eran muy claras con respecto al dopaje por lo que los primeros arrestos se efectuaron refiriendose a los cargos de “importación de medicinas sin autorización”. Entre estos arrestos se encontraba todo el staff técnico del equipo ciclista y todos sus corredores, entre los que se encontraban ilustres de este deporte como Moreau, Brochard, Zülle o Hervé, lo cual doto a la noticia de mucha más repercusión que una detención cualquiera. Además la gendarmería francesa registró a todos los equipos españoles, a un par de italianos y a uno holandés, con el que presuntamente se ensañaron más allá de lo permitido. Todo esto derivó en un parón del pelotón ciclista, en boca de un Bjarne Riis que más tarde confesaría haberse dopado, y el comienzo de una época negra para el deporte de las dos ruedas. Patrocinadores que desaparecen, presidentes de la Unión Ciclista Internacional detenidos, ganadores de grandes vueltas desposeidos de sus títulos por positivos, estrellas sancionadas, etc…
La historia, aunque parecía acabada, ha resurgido últimamente con toda su fuerza con el positivo de Alberto Contador, hasta la fecha triple ganador del Tour de Francia. La historia de Alberto, termine como termine, da para una pelicula (y al menos su propia entrada) y ante la poca actividad de los responsables de gestionar esta herida, una gran y dolorosa hemorragia en el ciclismo.
Pero no en todos los sitios el dopaje esta igual de diabolizado, ya que estas sustancias también conocen sus paraísos, tanto legales como de oficio. España, mal que nos pese a algunos, es sin duda uno de estos últimos. Oficialmente el doping esta perseguidisimo, tenemos un secretario de estado para el deporte que parece un disco rayado proclamando la limpieza del deporte español y se recrea con los números éxitos de la era moderna. La realidad es bien distinta, ya que si bien el refrán dice que todos los caminos conducen a Roma, las jeringuillas usadas de triple generación señalan hacia la piel de toro, que si de algo puede “alardear” es de tener entre sus ciudadanos a uno de los grandes gurús del mundillo, el doctor Eufemiano Fuentes, el mismo que protagonizaba dantescos reportajes peridisticos en los albores de los 80 en los que se recogían las “novedosas técnicas implantadas en el deporte español que mejorarán notablemente el rendimiento de nuestros atletas”, una frase tan clara que ni yo me atrevo a llamarlo eufemismo. Menos después de saberse el maestro de ceremónias de la red de dopaje que mediodesenterró la fiscalia, y digo medio porque a pesar de encontrarse numerosas bolsas sangre con nombres en clave de deportistas en el propio apartamento del Doctor Fuentes, sospechosamente solo se filtraron nombres "politicamente correctos".
Los americanos, que nos llevan siglos de distancia en algunos aspectos, no tienen casos de dopaje en muchas de sus ligas profesionales, y no es porque no existan, sino porque no se persiguen. En la NBA vemos como jovencitos y escualidos europeos consiguen subir 15 kilogramos de puro músculo en 4 o 5 meses, saltarines sobrehumanos, velocistas de otro planeta, etc… y nadie niega que no se consigue a base de potajes de la abuela, o de McFlurris en su caso. Si a esto le añadimos la condición que tiene la Asociadión Estadounidense de Baloncesto de no someterse a controles en las competiciones organizadas por la FIBA (Federiación Internacional de Baloncesto), en las que por cierto si son analizados los fluidos del resto de selecciones, el que no pueda verlo no es que sea ciego, es que es tonto. 
 

2 comentarios:

  1. La verdad que no he seguido el caso de Contador lo poco que he visto es a la prensa frances y americana tirándose a la yugular y a la española diciendo que como es español no se puede dopar... Vamos muchos intereses por todos lados...

    Hace poco vi unas estadísticas que decían que España tenía un problema en temas de dopaje aunque muchos otros países no andaban muy bien tampoco...

    PD: Veo la entrada como el culo, me faltan palabras, hay cosas de color... jajaja surrealista

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  2. y hoy por hoy podriamos decir que esta entrada era premoritoria, y que el doctor fuentes "queria" saltar a la palestra de neuvo...

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